Desde finales del siglo pasado, Marcello Quintanilha ha sido un artista polifacético que ha trabajado en cómic, ilustración, novela… Ahora llega a ECC con una reedición de la obra que lo dio a conocer en España.
Como una explosión de dinamita submarina irrumpió Marcello Quintanilha en el panorama editorial español con la publicación de Tungsteno en 2014. Pero en vez de un reguero de peces cadavéricos flotando en el agua, lo que dejó su explosiva entrada fueron numerosos reconocimientos de la crítica, incluyendo el premio a Mejor Polar en el Festival de Angoulême de 2016. No obstante, ¿conocemos realmente la obra de Marcello Quintanilha?
DE NITERÓI A BARCELONA
El mismo año de 1999 en que debutaba en su Brasil natal con la Fealdade de Fabiano Gorila, los ojos de Europa se posaban sobre su trabajo y pocos años después publicaba su primer cómic francobelga: la serie negra Sept balles pour Oxford, con guion de Jorge Zentner y Montecarlo. Igual que 100 balas de Brian Azzarello y Eduardo Risso tuvo 100 entregas, Oxford contaría con 7 álbumes entre 2003 y 2012 correspondientes a las 7 balas titulares. Pero el incansable Quintanilha, instalado ya en Barcelona para estar más cerca de sus colaboradores, no dejó de producir cómics para Brasil (también inéditos en nuestro país) como Salvador (2005), Sábado dos meus amores (2009) y Almas públicas (2011).
Una vez terminada su serie larga, llegaría el reconocimiento europeo con Tungsteno y el resto de trabajos que ha venido publicando originalmente para el mercado brasileño: Talco de vidrio (2015), Luzes de Niterói (2019; sin traducir) y Escucha, hermosa Márcia (2021). También realizó ilustraciones para El País y La Vanguardia, participó en la adaptación cinematográfica de la obra que nos ocupa, e incluso publicó una novela en 2020, Deserama.
Teniendo en cuenta que apenas hemos podido disfrutar de tres de sus obras en España, la recuperación de ese pilar de su carrera que es Tungsteno puede abrir paso al redescubrimiento de un autor en plena cresta de la ola tras ganar en 2022 otro reconocimiento en Angoulême. Entonces, ¿de qué trata Tungsteno?
GÉNERO NEGRO A PLENO SOL
En Salvador de Bahía, el Forte de Nossa Senhora de Monte Serrat está en una posición estratégica, presidiendo la Bahía de Todos os Santos. Su forma de hexágono irregular proporciona diferentes puntos de vista de la ciudad y su costa, del mismo modo que Marcello Quintanilha presenta seis perspectivas correlativas (de relevancia también irregular) al centrar el eje de Tungsteno en los alrededores del fuerte.
Seis paredes para seis puntos de vista. Una pareja de pescadores ilegales con dinamita, en busca de fortuna. Un viejo exmilitar, incapaz de conciliar su vida civil con su pérdida de autoridad. Un joven delincuente que vive con su madre y trata de librarse del viejo que no le quita ojo. Un policía infiel con un estrés postraumático mal disimulado. Un compañero del policía cuyo papel consiste en resultar, en última instancia, inútil. Y una mujer en busca de una salida a un matrimonio conflictivo de pasiones desatadas, gritos e insultos, objetos volando y rompiéndose, y repetidas infidelidades de su marido. Seis personalidades atrapadas en los bucles de sus vidas.
El argumento de Tungsteno es muy sencillo, pero Quintanilha no está interesado en contar una gran historia, sino el punto de convergencia de las vivencias de sus distintos protagonistas. El pasado de todos ellos (implícito en el caso del viejo exmilitar y el joven delincuente; explícito en el del matrimonio en descomposición) choca con el presente a raíz de las explosiones a pie de costa que van a acabar reuniéndolos. Así, Quintanilha nos va a llevar de los bajos fondos a las turísticas playas de Bahía; de los ambientes oscuros y las actividades ocultas a los rayos de sol y al calor asfixiante… Hacia una versión muy particular del noir.
Los contrastes de blanco y negro, de luces y sombras, tan en el origen del género, se sustituyen por el cruce de ambientes, de las dos realidades del Brasil contemporáneo, donde conviven el lujo y la atracción turística con el crimen y la pobreza de sus barrios menos afortunados. Esta contraposición también se puede palpar en las diferentes tonalidades de piel de sus personajes, donde la claridad del rostro del exmilitar, aferrado a un poder pasado que tiene que verbalizar para que lo tomen en serio, se yuxtapone al tono más oscuro del joven, que se mueve entre drogas y corrupción. Una diferenciación de clases sociales ligada al racismo institucional de un país marcado por distintos conflictos (aún vigentes en las más recientes elecciones) que se revelan como juego de apariencias, no exentas de cierta carga irónica: el escenario principal está vigilado por un edificio ya más turístico que militar que, lejos de aportar soluciones, facilita la clandestinidad y la impunidad de los criminales.
VOLVER A EMPEZAR
La flexibilidad del tiempo juega un papel muy importante en Tungsteno, con escenas visualizadas y reinterpretadas desde diferentes ángulos y puntos de vista, recreados con maestría por el artista. No parece que el tiempo pase porque siempre hay algo que hace que se repitan los acontecimientos, que impide a los personajes avanzar. Ocurre a nivel argumental, penetrando el narrador en la mente de diferentes personajes; pero sobre todo ocurre a nivel emocional, como en el caso ya mencionado del exmilitar, o en la situación de la mujer del policía, buscando la salida de una relación en la que no deja de correr en círculos. El tiempo juega en su contra y la repetición de patrones solo lleva a frustraciones, a un laberinto sin salida basado en la esperanza de que las alegrías momentáneas se tornen perennes. Como creer que dinamitar bancos de peces es una solución a largo plazo.
Sin embargo, en ocasiones la repetición puede llevar a buen puerto, tratando de mejorar lo presente. Con esta mentalidad recupera ahora ECC la obra de Quintanilha, empezando por esta nueva edición de Tungsteno: un tamaño mayor (180x255 mm), una revisión de la rotulación partiendo de una tipografía que imita a la original del historietista, y unos extras inéditos que incluyen diseño de personajes, referencias fotográficas, bocetos, comparativas con la adaptación cinematográfica de Heitor Dhalia, un prólogo de Darko Macan, y hasta un epílogo inédito del propio autor.
Si el eterno retorno nos lleva a encontrarnos de nuevo con el cómic de Marcello Quintanilha, esta no es una mala forma de revivirlo.
Texto: Ander Luque