Eccediciones
searchclose

Superman y José Luis García-López: Una relación muy especial

En los años setenta, prácticamente cualquier cosa era posible en los cómics de Superman. Hablamos de una época mucho más permisiva argumentalmente, en la que las historias eran más sencillas y generalmente o eran autoconclusivas o no abarcaban una gran cantidad de números. Pero para los lectores de Superman, esta simplicidad no está reñida con la calidad.

Y en lo que al dibujo se refiere, pocos artistas gozan de tanto reconocimiento por parte de los aficionados como el protagonista de este volumen de Grandes autores de Superman: José Luis García-López. Si bien el artista pontevedrés no es, ni de lejos, uno de los que más ha dibujado al Hombre de Acero, la impronta de su estilo personal es sobradamente poderosa para que muchos lo consideren como uno de los mejores dibujantes clásicos de Superman. García-López realizó una gran aportación a las páginas de Superman en sus diferentes colecciones entre 1975 y 1982. Como podréis leer en la biografía incluida al final del tomo, su primera tarea para Superman fue como entintador de otro dibujante que sí ostenta el mérito de ser el que más ha dibujado al Hombre de Acero: Curt Swan. Ocurrió en Action Comics núm. 451 de septiembre de 1975, en una aventura titulada The Great Super-Hero Contest. A mediados de los años noventa, volvió a ocuparse de un par de números de Superman, así como de dos títulos Elseworlds (Superman: Kal y Superman Inc.), y en el año 2000 firmaría también el dibujo de Realworlds: Superman. Pero como decíamos, no es tanto el volumen de historias de Superman que salieron de los lápices de García-López, sino su calidad artística lo que le ha convertido en uno de los dibujantes más queridos de cuantos ha tenido el kryptoniano.

Una de las historias incluidas en este recopilatorio es la desarrollada en los números 307-309 de Superman, entre enero y marzo de 1976 y con Gerry Conway firmando los guiones a los que daría vida José Luis García-López. En esencia, se trata de un guion sencillo y lineal, propio de la época, pero con un grandísimo trasfondo emocional que le da al conjunto una notable tridimensionalidad. Nos referimos a la aventura de Superman tratando de evitar la destrucción de la Tierra a causa de la contaminación. Una historia de estas características, y en la que el villano parece ser un mutante que obtiene sus poderes de la polución, termina elevada a otro nivel gracias a un potente giro dramático y al excepcional retrato de personajes que se logra en ella. Hablamos de un Superman que, en aquel momento, era capaz de prácticamente cualquier cosa. Pero aquí lo vemos comportarse de un modo obsesivo cuando contempla la posibilidad de perder su mundo adoptivo igual que perdió Krypton, confiriéndole al personaje una personalidad que va mucho más allá de los superpoderes y las proezas inimaginables.

El plan de Supergirl en esta aventura –que no vamos a desvelar para que disfrutéis de la sorpresa– también enmarca muy bien lo que era Superman en aquel momento. El Hombre de Acero debía luchar por la Tierra. Sin lugar a dudas, era su mayor campeón y el mundo lo necesitaba sereno y con todas sus facultades mentales al 100%. Y si para ello era necesaria incluso una “terapia de choque”, pues en ese caso la opción era tan válida como cualquier otra. Cualquier actuación justificaba que Superman pudiera seguir librando su batalla interminable, en una curiosa adaptación de la máxima que dice que “el fin justifica los medios”. Además, durante el transcurso de la aventura se ratifica que, si bien la destrucción de Krypton es una dolorosa espina clavada en el corazón del Hombre de Acero, también es una motivación fundamental para que Superman sea Superman.
Es difícil encontrar una historia en la que esta dicotomía quede mejor reflejada que en esta.

Pero si algo hace especial a este volumen, es la aventura en la que Superman y Wonder Woman se enfrentan, originalmente publicada en All New Collector’s Edition vol.7 C-54 en 1978. Acostumbrados como estamos ahora los lectores del nuevo Universo DC a ver a Kal-El y Diana como pareja romántica y compañeros en la Liga de la Justicia, cuesta creer que hubo un tiempo en el que llegaron a considerarse casi enemigos. Para los que vayan a disfrutar por primera vez de esta historia clásica, no vamos a desvelar nada, pero sí podemos decir que esta se enmarca en el contexto histórico de la Segunda Guerra Mundial y que ambos protagonistas se ven inmersos en una trama muy de la época, que combina los típicos enemigos superpoderosos con otros más rocambolescos, y todo bien batido con el pánico nuclear presente en aquel momento e incluso con cameos tan sorprendentes como el del mismísimo Albert Einstein. Además, el guion de Gerry Conway captura a la perfección el carácter de los protagonistas a través de la forma en la que ambos héroes toman partido en la historia y en su desarrollo.

Y todo esto con el inconfundible estilo de José Luis García-López como denominador común de este volumen que desprende olor a historia. Historia de la que puedes formar parte con tan solo pasar la página.

Javier Olivares Tolosa

Artículo originalmente publicado en las páginas de Grandes autores de Superman: José Luis García-López - Superman contra el mundo.