Ya vimos en la cuarta entrega de esta serie que Superman: Son of Kal-El (publicada por ECC dentro de la cabecera mensual Superman) se ha convertido en el gran referente del colectivo LGTBQ+ en buena parte gracias a su guionista, Tom Taylor. Jon Kent, el hijo de Clark Kent y Lois Lane, es un personaje de reciente factura que ha crecido muy deprisa gracias al truco del viaje a otra dimensión. Ya adolescente, ha mantenido un romance con Saturn Girl de la Legión de Superhéroes... y también con un muchacho llamado Jay Nakamura. Que haya un Superman bisexual no ha terminado de encajar en muchas cabezas de ideas fijas que el propio Taylor ha rebatido sin descanso en sus redes sociales durante meses. Lo que estos detractores no entienden es lo importante que resulta que un héroe tan destacado forme parte del colectivo LGTBQ+. Es el paso definitivo para que muchos lectores, sobre todo los más jóvenes, vean reflejado en las viñetas que su vida, esa que tal vez aún no se han atrevido a vivir, es perfectamente normal.
Quienes también se han lanzado por fin a la piscina y han asumido su identidad son Harley Quinn y Hiedra Venenosa. Amigas desde los tiempos de la serie animada de Batman de los años noventa, a lo largo de los últimos años, Harley y Pamela han dado un paso al frente que les ha costado lo suyo. Esa “amistad especial” que las ha guiado por mil aventuras nunca había terminado de cuajar como lo que muchos lectores esperaban de ellas; pero la serie de animación Harley Quinn de HBO Max, y después, los cómics, han ratificado lo que muchos sospechaban y deseaban. La antigua novia del Joker ha dejado atrás la toxicidad de antaño para amar y que la correspondan. Y esto es, al fin y al cabo, a lo que siempre han aspirado los personajes de quienes hemos hablado en estos artículos y que, por fin, celebran por todo lo alto su identidad, su vida y su normalidad en el especial Orgullo 2023. Y por supuesto, porque siempre hay que reivindicar derechos y conservarlos, lo hacen en una cabalgata que, cuando Maggie Sawyer llegó a nuestra vida, resultaba inconcebible.
Texto: Fran San Rafael