La nueva licencia manga de ECC es un seinen postapocalíptico de aventura y ciencia ficción que empezó a serializarse en la revista Harta hace apenas un año y que, casi recién salida del horno, llega ya a España. Los confines de la oscuridad - Misión en el apocalipsis es una de las primeras obras de Haruo Iwamune y probablemente el manga que lo lanzará a la fama desde las ruinas del futuro.

1. ¿Qué hacer cuando el mundo se acaba pero tú no?
Para quienes este año hemos podido disfrutar de la apabullante adaptación audiovisual del videojuego The Last of Us y buscamos un producto parecido entre las viñetas, tenemos en esta obra de Iwamune el ansiado y melancólico maná. Ciudades arrasadas por el paso del tiempo, agentes externos detrás del apocalipsis, una atmósfera contaminada a la que la protagonista es inmune y una misión clara de búsqueda de soluciones y supervivientes hacen de este manga un imprescindible para amantes de las distopías tremendistas.

2. Ideal para fans de los títulos (extensos) que van de cara.
En la vida se pueden tomar tres caminos principales a la hora de titular una obra: claridad y concisión; creatividad y evocación; o explicación y horror vacui. Este mangaka va de cara y toma este camino para que sepas que en Los confines de la oscuridad - Misión en el apocalipsis va a explorar la distopía en toda su crudeza, avanzando cada vez más en la atmósfera melancólica para arrastrarte por el frío y la desazón hacia un pozo emocional. Todo sea por cumplir la misión. Todo sea por hallar ese haz de luz en la oscuridad.

3. Lo bueno, si breve... te pide más.
La serialización del manga no vislumbra, por momentos, un final para una historia que Iwamune podría extender a voluntad, pero no es de extensión cuando hablamos de su brevedad, sino de su estructura: el manga está narrado en forma de capítulos autoconclusivos en los que la protagonista, recorriendo el mundo en busca de supervivientes, va a explorar diferentes facetas del fin del mundo. Cómo fue afectando a distintas personas el ataque, o la enfermedad geométrica y protuberante que aqueja a quienes respiran el miasma que aún flota en el aire… Pequeñas viñetas de vidas tristes intercaladas con los mecanismos que se pusieron en marcha para evitar lo inevitable.

4. Cualquier tiempo pasado fue mejor (pero más feo).
La fascinación por las ruinas en el arte nos viene de lejos, desde el momento en que admiramos pirámides egipcias, templos griegos y romanos, fósiles y esqueletos gigantescos… Y de esa fascinación parte el acercamiento artístico de Haruo Iwamune, que toma grandes referentes del manga de ciencia ficción ruinosa como Tsutomu Nihei y los traslada a la página en construcciones abandonadas imposibles, esqueletos de edificios que fueron y jamás serán, y hasta museos de historia natural donde las exposiciones parecen tener más vida que su entorno. Un resultado apabullante que, lejos de la cierta frialdad de sus referentes, se hincha con el alma de la protagonista, contraste gráfico y expresivo al espacio muerto que la rodea.

5. El alma más allá de la máquina.
Porque en tiempos como el nuestro de inteligencias artificiales manejadas por personas que ansían sustituir el alma del objeto creativo, Los confines de la oscuridad - Misión en el apocalipsis nos recuerda la importancia de la empatía, de la emoción, de la confianza en lo humano como único núcleo de esperanza. Que depender excesivamente de la máquina puede llevar a un final amargo, o al menos a no poder evitar que ocurra. O como decía el epílogo de Metrópolis (1927) de Fritz Lang: «El mediador entre el cerebro y las manos ha de ser el corazón».

Texto: Ander Luque