En 1940, las novelas de misterio son un auténtico éxito. Todo el mundo devora los libros de Agatha Christie, S. A. Steeman, John Dickinson Carr, William Irish y compañía.
En la Francia ocupada, bajo la protección de un admirador alemán que tiene contactos en las altas esferas de la Alemania nazi, Corneille Richelin se inspira en sus propias pesadillas para escribir novelas de suspense. Pero nada le hace sospechar que, al otro lado del Canal de la Mancha, dos brillantes escritores están manipulando sus sueños en favor de los servicios secretos británicos.
Asesinatos imposibles en una habitación cerrada y en medio de la nieve, señales premonitorias, enigmas irresolubles, desapariciones inexplicables… Todas las figuras clásicas de las novelas de misterio aparecen en esta historia, que es capaz de funcionar a la perfección sin necesidad de detectives.