Setsuna, reencarnación del ángel caído Alexiel, sufre por su destino y por el amor que siente hacia su hermana Sara. Cuando por fin se atreve a confesárselo, nace una relación prohibida entre los dos. Para permitir la huida de los amantes, Kira se autoinculpa del asesinato de su amigo Katô y acaba preso. Setsuna y Sara deciden ir a rescatarlo, pero Kirie, la sicaria de Rosiel, se interpone en su camino. El día del apocalipsis profetizado en el Cielo y en el Infierno está a punto de llegar... La tragedia se cierne sobre Setsuna. En este segundo tomo finaliza el arco del Asiyá y comienza el arco del Hades.