Tras más de 25 años de carrera y numerosas colaboraciones con otros autores, el artista conocido como Danide se lanza en solitario a una ambiciosa trilogía, Aprendiz de cuervo, con la que no dejará indiferente a nadie.
1. Rebelión en la granja contra El mago de Oz en un bosque distópico.
Tras una cita de Samuel Beckett y una ominosa atmósfera en blanco y negro, lo que nos encontramos en Aprendiz de cuervo es una oscura distopía en la que seres antropomorfos con máscaras de animales cumplen cada día los deberes designados por una entidad superior que los vigila. Se hace llamar Hombre-Dios, pero… ¿qué hay tras su máscara?
2. El trabajo mata. La diferencia es una ilusión. Solo Dios prevalece.
Cuando Danide creó junto a Marcos Prior su obra Fagocitosis (recientemente recuperada por ECC, como el resto de la obra del artista), reflexionaba sobre los mecanismos del poder, su tendencia a absorber en sí mismo todo intento de rebelión o revolución y su prevalencia, pese a todo, en las mismas manos. En Aprendiz de cuervo los tótems animales parecen distintos, pero solo porque cumplen funciones distintas al servicio (y beneficio) de una misma voluntad superior. ¿Hay escapatoria?
3. Un artista para gobernarlos a todos.
No obstante, si hay un demiurgo, una figura cuasidivina con poder para moldear el mundo de Aprendiz de cuervo, ese es Danide. El autor comienza en esta obra un tour de force donde pone al servicio del arte todo lo aprendido y demostrado en obras anteriores como Potlatch (de nuevo, junto a Marcos Prior) o Máculas (con guion de Jordi Pastor). El blanco y negro evocador, la experimentación narrativa y la mezcla de técnicas dotan al tebeo de una personalidad única.
4. Literariedad de lo divino, arquetipia de lo mundano.
Citas literarias, cuadros de texto enigmáticos sobre masas de blanco y negro, voces que guían maquinalmente y determinan el destino de personajes mudos en la mayor parte de la historia… contrapuesto todo ello a los más naturales diálogos de los “animales” enmascarados, tratando de rascar átomos de vida en su rutina distópica. Cada animal representa un rol, y ese rol va ligado a simbologías y arquetipos conocidos cuya combinación precipitará el relato.
5. Sin bestias no hay paraíso.
Un cuervo para la recolección. Una serpiente para la curación. Un sapo para el delirio. Una gata para el placer y la reproducción. Un papel para cada individuo. Pero la directiva general es siempre escuchar la voz de Ciervo-Fantasma, la ley de Hombre-Dios. Nada debe alterar el orden. Nada debe perturbar el equilibrio. Nadie debe cuestionar su esencia. Cada individuo no es más que su máscara, su cabeza, su rol. Rebelarse solo puede traer un paraíso perdido. Cumple tu cometido. Lee Aprendiz de cuervo.
Texto: Ander Luque.
